En las primeras etapas de un torneo muchos jugadores cometen el error de intentar conseguir fichas muy rápidamente para situarse así en el jugador con más ventaja. Pero lo que no entienden es que un torneo es una maratón, no una carrera, y la recompensa por jugar muchas manos al principio no sale rentable comparando con el riesgo que supone.
Al principio de un torneo todos los jugadores tienen la misma oportunidad de jugar por lo menos entre 100-300 ciegas grandes. Al principio del torneo las ciegas son considerablemente bajas en relación con las pila de fichas de cada jugador, por lo que los participantes tienden a arriesgar bastante pues no temen perder sus fichas. Cuando las ciegas están a $25/50 y un jugador empieza con $5K, fácilmente subirá una apuesta a $150 o $200 y sin tener demasiados riesgos. Farolear en estos niveles no es nada rentable, la mayoría de sus oponentes no se retirarán.
Estratégicamente, en las primeras etapas de un torneo debe de jugar con bastante retraído, sobre todo cuando la mesa está floja. Busque las mejores y solidas manos que pueda jugar cuando este en buena posición, especialmente contra múltiples oponentes. Es más inteligente tener un juego cerrado cuando hayan muchos jugadores y se estén jugando muchas manos, y jugar suelto cuando sea todo lo contrario, de esta manera maximizará sus fichas (stack).
A veces no hay apuestas iniciales en las primeras etapas del torneo, lo cual significa que hay menos dinero para ganar en cada ronda. Cuanto más pequeño sea el bote, más manos tendrá que ganar para sacar provecho, eso significa que tiene que ganar muchas manos para que sea rentable. La mano tiene que ganar un porcentaje mayor al tiempo utilizado para ganar el bote. En otras palabras, debe jugar un juego cerrado en las primeras etapas del torneo.
Otra de las ventajas clave de esta estrategia es que crear una imagen en la mesa que le ayudará cuando en las etapas finales del torneo necesite echar un farol.
Sin embargo, toda regla tiene su excepción. Si por casualidad se encuentra en una mesa donde el juego es muy cerrado, utilice un juego más relajado y libre, jugando otras manos contra oponentes que considere son fáciles de engañar, ya que están utilizando un juego muy cerrado, pero, obviamente, sólo cuando estén en última posición.